miércoles, 15 de septiembre de 2010

¡Felicidades México!

Bienvenidos a una entrada más de éste, su blog, presentando una pequeña conmemoración en honor a nuestra historia; así es, contagiado por la emotividad que provoca en todos nosotros el Bicentenario del movimiento separatista emprendido hace ya un par de siglos por célebres personajes plasmados en nuestros libros de texto, un servidor se da a la tarea de brindar una pequeña reflexión sobre el marco dentro del cual se desarrolló dicho movimiento y un intento por comprender los efectos que ha tenido en la posteridad. Dicho lo cual, me gustaría empezar por un breve y esbozado entendimiento de la estructura social que en aquellas épocas de los Insurgentes existía en nuestro territorio.

El año era 1810, y nuestro territorio formaba parte, al igual que muchos otros territorios de aquel entonces, del Imperio Español, éramos una colonia hispana y por lo tanto, no se gozaba de una autonomía a nivel de instituciones o de representantes gubernamentales... bueno, ahora tampoco, pero ése no es el punto a tratar en ésta entrada; como decía, no existía una autonomía para la elección de representantes, por lo mismo, tampoco era así para la toma de decisiones en beneficio (o perjuicio) de la colonia. Los representantes del pueblo eran designados directamente por el emperador de España en turno, y las decisiones se sugerían dentro del parlamento del imperio, para su revisión posterior en el congreso de la colonia, el cual, como ya se ha mencionado, estaba formado en su mayoría por españoles o hijos de españoles nacidos en España. Ante tales circunstancias, comenzaba a generarse el descontento entre las castas, título que se le daba en aquel entonces a los grupos raciales que poblaban la región, sugerido en la Ley de Castas* y por medio del cual se determinaba quiénes eran aptos y capaces para desempeñar puestos gubernamentales, eclesiásticos, o como entidades productivas en la economía de la colonia, tales como terratenientes o comerciantes. 

Dentro de las castas que se establecieron como parte de la Nueva España, se encontraban principalmente los criollos (hijos de españoles nacidos en la Nueva España) y los mestizos (nacidos de la "mezcla" entre españoles e indígenas); los primeros pugnaban por conseguir derechos inherentes a su condición de nativos, tales como el derecho a una soberanía, la inclusión en las actividades económicas y políticas de la colonia, así como la libre contratación del trabajo de los indígenas, es decir, que éstos fueran "libres" de decidir para quiénes trabajaban; buscaban igualmente la libertad de credo, lo que implicaba una debilidad para el desarrollo del movimiento, puesto que se necesitaba una identidad como pueblo y dicha identidad sólo podría lograrse a través de la práctica religiosa unánime, por lo cual, los conspiradores para el derrocamiento del yugo colonial, habrían de conformarse con la búsqueda de la desaparición de la Santa Inquisición, por representar una transgresión a sus ideales de lucha. De los mestizos, cabe señalar que no eran tomados en cuenta como merecedores de una educación escindida de la enseñanza escolástica, lo que significaba que bastaba con adiestrarlos en la doctrina católica para mantener calmadas sus inquietudes racionales; por tanto, al carecer de una educación que sí gozaban los criollos y demás hijos de los españoles, poco podían entender de conceptos como política, economía, filosofía o simplemente, soberanía, sin embargo, su importancia era directamente proporcional al porcentaje que representaban dentro de la población de la colonia, el cual era muy alto, lo que habría de servir al ejército insurgente para la conformación de sus cuerpos militares.

Resulta de igual importancia analizar y entender los factores externos que motivaron e influyeron en el surgimiento de la guerra de Independencia y sustentaron su desarrollo: ideológicamente, el ejército insurgente (recordemos que sus líderes eran los únicos que tenían acceso a una educación digna) se hallaba determinado a la lucha, por la obra de los pensadores de la Ilustración, que promovían el desarrollo humano y la educación por parte de los Ilustrados (despotismo ilustrado); a esto habría que añadir la consecución de la independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, la cual tuvo lugar hacia el final del S. XVIII (1775 - 1783), consolidaba así el fervor separatista entre los insurgentes y daba solución a las inquietudes surgidas entre el mestizaje; una vez sentadas las bases histórico-ideológicas, sería cuestión de esperar el momento que facilitara el desarrollo de la lucha, el cual no tardó mucho en aparecer, dado que la situación de la Corona Española fuera de la colonia, era de inestabilidad; las campañas militares Napoleónicas, debilitaron a la monarquía española, por lo que la situación era idónea para emprender la lucha separatista, pues como dice el refrán: a río revuelto, ganancia de peces. Los nombres y los hechos que dieron forma al movimiento de Independencia, forman parte del dominio público, por lo que me limitaré a mencionar dentro de esos hechos, la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, como acto simbólico del triunfo del movimiento de Independencia, es decir, el final de la guerra y, por tanto, el surgimiento de México como república independiente, así que, aunque realmente deberíamos tomar ésta fecha como la fecha conmemorativa de nuestra independencia, le debemos el reviro histórico al Gral. Porfirio Díaz, cuyo onomástico era precisamente el día 16 de septiembre.

Pero ¿qué pasa con la independencia actualmente? Quiero dejar en claro, que al igual que muchos mexicanos, quiero a mi país y tengo cierto respeto por aquellos que desempeñaron papeles de trascendencia en la consecución de la independencia de México, pero no puedo dejar pasar el cuestionarme constantemente ¿cómo fue que un cura empuñando únicamente un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe logró convencer a una masa de mestizos de que se entregaran a la lucha? Bien, pues sólo puede venir a mi mente la conjetura lógica de que si la religión católica sirvió como fuente de identidad para el pueblo y dado que la religión católica se sirve principalmente del culto a las imágenes, habría que utilizar una imagen con la que se identificara el pueblo, y  siendo el pueblo conformado en su mayoría por los mestizos, el colocar la imagen de la Virgen Morena en el estandarte que impulsara la lucha popular, resultó ser herramienta suficiente para mover a las masas mestizas.

Hoy, muchos de nosotros seguramente nos entregaremos al festejo del Bicentenario de nuestra independencia, pero me entristece ver que en ésta época, es precisamente cuando menos independientes somos: dependemos de las decisiones que otros tomen sobre el rumbo de nuestro país, dependemos de lo que se haga o deje de hacerse en todos los ámbitos de nuestro vecino país del norte para esperar un crecimiento económico, dependemos a nivel  individual de lo que dicten ciertos grupos específicos para saber cómo vestirnos, a qué lugares acudir, qué actividades realizar, qué consumir, qué leer, qué escuchar, etc., igualmente dependemos de lo que vocifere el cura, los dirigentes de los partidos políticos, la señora de la sección de chismes, el tipo que está al frente del noticiero, etc., sólo para formarnos una opinión o un criterio, dependemos también de ciertos productos, marcas y sustancias para sentirnos felices o infelices; yo festejaré la independencia que México consiguió como nación hace doscientos años, pero no puedo dejar de lamentar la dependencia de México como pueblo; ¿podrá servirnos la reflexión ésta vez para saber cuál independencia es la que se perdió primero en el camino?


¿Quién se ha llevado la Independencia?
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*Pueden encontrar más información acerca de las castas en Nueva España en la siguiente dirección:

3 comentarios:

  1. La religión fue uno de los principales motivos por los que Hidalgo logró levantar al pueblo en armas, acertada la frase de Marx “la religión es el opio de todos los pueblos”. También habría que destacar, ciertas ideas del Cura, éstas han sido unas de las más radicales de México, él buscaba un cambio radical; sin embargo, los criollos, Aldama y Allende, entre otros miembros del ejército rebelde, sólo querían ocupar los lugares que tenían los españoles de origen, el rey y su séquito, ésto es sólo una sustitución de puestos. En la historia puede haber contradicciones, la respuesta verdadera sólo la tienen los que participaron en la lucha. Coincidimos además, con la idea de que no somos independientes. No lo somos, a causa de la idea individualsta, del miedo al radicalismo, al verdadero cambio. Hay que actuar desde las trincheras, pero aún más en la zona de guerra, ésto para lograr una verdadera independencia. BUNA ENTRADA.

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  2. Me gusto tu articulo y felicidades por el blog, solo, cabe aclarar que Porfirio Díaz nació un 15 septiembre por tal motivo no celebraba su onomástico el 16, de hecho tampoco el 15 ya que onomástico no sinónimo de cumpleaños, mucha gente confunde esta rimbombante palabra debido a que en la tradición católica existe la costumbre de "celebrar el santo" en que las personas festejan al santo que aparece en el calendario el día de su cumpleaños.

    Saludos

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  3. Gracias, gracias por tan apreciables comentarios y los aportes al vocabulario y el acervo cultural, efectivamente, después de una revisión en el diccionario, hice un mal uso del término, onomástico, por lo que agradezco la corrección. Sigo trabajando en las nuevas entradas a publicarse el próximo 19 de septiembre. Saludos

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